Esta es la historia de una parte de mi familia. Una historia de amor y de compromiso, de sabores y de palabras. Como tantas otras historias de familias que se subieron a un barco y cruzaron el Atlántico porque tenían hambre, miedo o ansias de libertad. Es como tantas otras. Es la nuestra, la de los y las Cesaroni. Hace cien años, Umberto le regaló a Ada y a sus hijas e hijos una tarjeta con una dedicatoria, que recibimos como legado:
A mi Ada adorada
que compartió y comparte las tempestades
de mi vida, con todo el amor, con toda la pasión. A mis hijos, para que aprendan a amar.
Umberto.
9 de julio del 21.
