Un espectro es algo que existe bajo una forma otra. Una existencia irreal, imaginaria, fantástica, una presencia latente, aunque de dudosa materialidad. Un espectro puede ser a la vez espíritu, espanto o fantasma y guardar las claves de maldiciones y fortunas. ¿Dónde habitan los espectros? ¿Cuál es su origen? ¿De qué nos hablan?
Los espectros coloniales provienen de un mundo ordenado de manera disímil, para ser explotado de manera desigual, por existentes cuyas diferencias justifican la explotación, y cuya explotación justifica al mismo tiempo la diferencia.
Los espectros coloniales son indios perleros con escamas marinas como resultado de su explotación. Los espectros coloniales son águilas negras, nacidas de desafortunadas casualidades e inesperadas combinaciones entre plantas y animales, y que, en su voracidad y apasionada violencia, se expanden hasta cubrirlo todo. Los espectros coloniales son también los bárbaros hoscos, seres imaginados en su barbarie, a quienes seguimos en ese periplo terrible en que descienden de los barcos y huyen a la selva para escapar de la violencia de la plantación y desde allí imaginar una vida nueva.
Para entender las naturalezas de estos espectros coloniales, este libro propone un recorrido por el conjunto de espacios y tiempos, vínculos y conexiones, cercanos y lejanos que los componen.
Espectros coloniales nos habla de la violencia latente en la vigencia del colonialismo y del colonialismo presente en las formas en que se ejerce la violencia. En fin, nos habla de la manera en que estas relaciones y prácticas se imbrican y constituyen nuestros presentes.